Hablar de dinero con los niños

En muchas familias, hablar de dinero puede resultar incómodo y, en algunos casos, casi tabú. Cuando los niños piden algo que cuesta más de lo que la familia se siente cómoda gastando, los niños de distintas edades reaccionan de manera diferente. Los niños pequeños pueden no ser conscientes del coste del artículo en relación con la economía familiar. Y la "necesidad" de un adolescente puede ser vista como una "extravagancia" por los padres. Estas sencillas ideas pueden ayudar a fomentar conversaciones bidireccionales entre padres e hijos, así como una comprensión básica del valor del dinero.

Niños pequeños

Nunca es demasiado pronto para ayudar a su hijo a desarrollar un sano respeto por el dinero y a adquirir buenos hábitos financieros. La práctica de utilizar una paga puede merecer la pena si se hacen las cosas bien. Si su objetivo es enseñar lo básico, considere lo siguiente:

Fije una asignación semanal que se ajuste a la edad del niño; por ejemplo, un niño de cinco años puede recibir 5 dólares semanales. Vincula la paga a algunas tareas obligatorias, como poner la mesa para cenar. Si no se hacen las tareas, retén la paga de esa semana. Divide la paga en tres categorías de gasto: 1/3 para gasto inmediato, 1/3 ahorrado para alguna compra específica a corto plazo (como un pequeño juguete nuevo) y 1/3 para un objetivo a más largo plazo (como un juguete nuevo más grande).

Adolescentes

Ésta suele ser la época más difícil para que los hijos se enfrenten a los problemas financieros. La presión de los compañeros, el deseo de estar a la altura de sus amigos y la creciente conciencia de que no pueden tener todo lo que quieren pueden añadir tensión a cualquier conversación sobre finanzas. Sin embargo, también es el momento en el que los niños pueden empezar a comprender cuestiones financieras más complejas y en el que se forman hábitos financieros.

El planteamiento de la asignación se complica en la adolescencia a medida que aumenta el coste de los artículos deseados y se sienten atraídos por más actividades que cuestan dinero. Esta puede ser una buena oportunidad para hablar de cómo un trabajo podría ayudarles a permitirse las cosas que quieren. Los trabajos extraescolares y de verano son una forma ideal de que los adolescentes aprendan que el dinero se gana, y no es algo que mamá o papá les proporcionen siempre. Un trabajo también enseñará a los jóvenes sobre la responsabilidad, ya que el empleador confiará en que estén presentes y sean puntuales. Si no es posible un trabajo externo, considera la posibilidad de pagar a tu hijo adolescente una tarifa horaria por las tareas adicionales, e insiste en que las trate como un trabajo.

Ayudar a los adolescentes a abrir una cuenta corriente, o incluso a preparar sus propias declaraciones de la renta, les ayudará mucho a comprender que el dinero es un asunto serio y que algún día tendrán que ser autosuficientes y tomar sus propias decisiones financieras. Si les abren una cuenta corriente, enséñales cómo funciona y a conciliarla todos los meses.

Mantén la conversación

Esté dispuesto a hablar de finanzas con sus hijos. Los niños sienten una curiosidad natural por lo que ven hacer a sus padres, y esa curiosidad puede convertirse fácilmente en una oportunidad para aprender. Cuando su hijo le vea extendiendo cheques es el momento ideal para empezar a hablar de la importancia de pagar las facturas y cuadrar el presupuesto. Una pregunta sobre lo que significa cuando las noticias de la televisión informan sobre las actividades del mercado de valores puede llevar a una conversación más seria sobre el dinero y los objetivos financieros a largo plazo. Y una conversación sobre la elección de una universidad puede ser una experiencia reveladora cuando tu hijo se entere de lo que cuesta.

Aproveche estas oportunidades y, para cuando su hijo esté listo para irse de casa, tendrá una base para prepararse mejor para su futuro financiero.